Y hablo en plural, porque echo la vista atrás, y yo soy la primera que ya no es la misma que hace 9 años. Ni mejor, ni peor, pero con un montón de experiencias vividas que han cambiado mi forma de ver las cosas, de sentirlas…..
He pasado por el momento inicial de querer a toda costa que mi hijo llegase a ser “normal”, como todos, sin ninguna diferencia a los niños que gateaban, saltaban, corrían, hablaban sin dificultad en la pronunciación, etc, etc.
He pasado por el momento en el que me doy cuenta de que me guste o no, eso no ocurrirá nunca, y bueno, mal o bien lo “asumo” y entonces me doy cuenta de que en realidad la felicidad no nos la da el ser más guapo, más alto, andar mejor o peor, hablar más rápido o más lento……
He pasado por el momento en el que me “¿avergonzaba?” que me miraran por la calle, que me miraran con cara de lastima, pensando quizás “pobre, que pena, que vida más dura debe tener”.
He pasado por el momento de salir orgullosa a la calle y pensar que tengo un hijo increíble, y que para mí es mucho más que unas piernas perfectas o un discurso perfectamente pronunciado.
He aprendido a empatizar y entender que la gente que mira con lástima no conoce realmente lo que te aporta una experiencia así, y es normal que el desconocimiento les haga sentir lastima, es normal.
He aprendido a valorar las cosas en su justa medida, y dar importancia a las cosas cuando realmente la tienen, no dramatizar y tener en cuenta que hay cosas que no son tan graves y por las que no merece la pena sufrir innecesariamente.
He aprendido, que es más importante tener un hijo sensible y cariñoso que tener un hijo con matrícula de honor en inglés o matemáticas.
He aprendido que hay personas con un carisma especial, independientemente de que anden o vayan en silla de ruedas, personas que consiguen ser el centro sin pretenderlo.
He aprendido a ver más allá de lo que a simple vista nuestros ojos ven, porque más allá, esta lo que da sentido a nuestra vida. Y cuando descubres eso, es cuando te das cuenta de todo lo que has cambiado.
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Sois unos luchadores y lo verdaderamente importante es que e hagáis sentir vuestro amor y el de los demás hacia el,porque en las pequeñas cosas normalmente se encuentra la felicidad. Estáis haciendolo fenomenal. Un beso muy fuerte y animo.
Desde luego que eres muy afortunada de tener a Dani, pero Dani es muy afortunado de tener una familia como vosotros… Daros las gracias porque gracias a familias y personas como vosotros mira hijos han aprendido que hay personas diferentes, ni mejores ni peores, solamente con otro tipo de necesidades. Entender y conocer esto nos hace mejor personas.
Un abrazo familia
Solo os puedo decir OS QUIERO y que sois un ejemplo de familia unida. Deberias ser la inspiración para aquellad familias que dicen considetarse «normales»
Gracias xq con vuestra forma de vivir es ejemplo para muchas madres y familias.. Nosotros tenemos un Daniel también.. Y nos dais mucho ánimo.
Hola ! Qué lindas palabras. Me he topado con tu Blog y me encanta. Mi hijo tiene 15 meses y tiene PCI está apenas haciendo lo que haría un bebé de 7-8 meses. Hace terapias muchas veces al día lo ayudamos a ejercicios en casa. Dicen que debe primero controlar tronco para sentarse, luego gatear, luego caminar… Estoy muy preocupada y tratando de buscar ayuda por todos lados. Tus palabras dan fuerza. Saludos.
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Mucho animo Oriana. Seguro que con fisioterapia ira consiguiéndolo. Un bezo