Quizás ha llegado un momento en todo el proceso de tratamiento de Dani, en el que me enfrento a las cosas de una manera más tranquila, más consciente de que es «lo que hay» y que hay que pasarlo, y cruzar cada puente según voy llegando a ellos, no anticipar. Esto no es fácil para mí, yo que siempre debo tener en mi cabeza como van a suceder las cosas, y como debo estar preparada para recibirlas. Pues ya no es así, tengo que dejar que ocurran, sin imaginarlas antes, y una vez sucedan las viviré.
Dani pasa una etapa quizás opuesta, esta más rebelde, más consciente y nervioso. Lleva días llorando cuando su padre le deja en la guardería, también llora cuando le hacen Bobath, y me tengo que ir porque solo quiere que le coja y lloriquea todo el rato, hasta que me voy y ve que ya no haya nada que hacer. A esto se une su actitud en la piscina, sigue quejándose y he tenido que meterme yo con él, así parace que está más tranquilo.
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Y a su novia Gabriela…………ejem, ejem.